Animales de Servicio en la AMPPI»
Por Miroslava Cisne
¿Animal de Servicio? ¿¡Qué es eso!? Es lo que generalmente me dicen en cualquier parte a la que quiero ingresar con Hui, mi perro de servicio. Cualquier institución sea pública o privada, mientras dé servicio al público, está obligada legalmente a darnos el acceso, salvo que sea directamente a la cocina donde se elaboran alimentos o a un quirófano de hospital. En la práctica y realidad ha sido una verdadera tortura. Para continuar les contaré un poco de mi historia.
Desde hace algunos años me fue diagnosticado un síndrome de ansiedad con ataques de pánico (discapacidad cognitiva). A pesar del tratamiento médico, en muchas ocasiones no podía salir de mi casa, al grado de dejar casi dos años de laborar de forma normal. Afortunadamente mi perro Hui, quien hasta ese momento sólo era mi mascota de compañía, con instrucción médica y apoyo de su entrenador me empezó a apoyar de manera terapéutica pasando a ser perro de compañía terapéutica. Él me ayudaba en los momentos de crisis, para regularlas más rápido, sólo con estar a mi lado. Pero lo maravilloso fue cuando Hui, por su afinidad conmigo, empezó avisarme de un ataque antes de que yo lo pudiera percibir y así estos empezaron a disminuir en intensidad. Iniciamos entonces el camino de Hui para convertirse en un animal de servicio, que es aquel animal que realiza una actividad específica de apoyo relacionada directamente con la discapacidad de la persona, y que gracias a la misma, la persona en cuestión puede reintegrarse a la vida cotidiana de manera autónoma.
En México, aunque ya existen varias asociaciones que entrenan perros de servicio, no encontramos una para el tipo de servicio que realiza Hui, que es lo más difícil: la alerta médica. Hui ya lo hacía por sí mismo, pero había que investigar qué otros parámetros debía cumplir. Basándonos en la literatura, leyes, reglamentación y experiencia de Estados Unidos a ese respecto, así como por lo que nos indicaron tanto en Derechos Humanos como en CONAPRED, junto con su entrenador reforzamos las diversas áreas que aún requería dominar Hui como no hacer pipí en cualquier lado, poder estar tranquilo en un lugar con mucha gente, etc. Gracias a Hui y su extraordinaria labor retomé mi vida laboral y normal.
A pesar de cumplir con los parámetros para ser perro de servicio, y contar con el certificado médico que lo avala, en la mayoría de las ocasiones para ingresar a un lugar público, lo primero que dicen es: “No puede entrar su perrito”. Y a pesar de mostrar el certificado y explicar lo que es, las negativas son continuas.
Sinceramente, cuando tuve que avisar de Hui la primera vez para asistir a un evento AMPPI, lo hice con mucho miedo de recibir una respuesta desfavorable. Y fue todo lo contrario. Aunado a ello hemos recibido de los integrantes de la Gerencia, Comités y Consejo de AMPPI también muchas muestras de cariño sincero. En la AMPPI desde ese primer evento, sólo he recibido muestras de apoyo incondicional y ayuda para obtener los accesos a los diversos lugares y también he recibido el apoyo de varios despachos (Becerril, Coca & Becerril, Uhthoff, Gómez Vega & Uhthoff, DBB Dumont y TRCLAW). El entendimiento y ayuda han sido espléndidos, muchas gracias. Esto me hace sentir aún más orgullosa de ser parte de AMPPI, donde la mayoría de las personas que la conforman sí actúa de manera socialmente responsable.
Para poder hablar de una empresa socialmente responsable (ESR), debemos iniciar por entender verdaderamente el siguiente concepto: «Responsabilidad Social Empresarial” es el compromiso consciente y congruente de cumplir integralmente con la finalidad de la empresa, tanto en lo interno como en lo externo, considerando las expectativas económicas, sociales y ambientales de todos sus participantes, demostrando respeto por la gente, los valores éticos, la comunidad y el medio ambiente, contribuyendo así a la construcción del bien común.» (https://youtu.be/CDCwwEyK3ow).
Una Empresa Socialmente Responsable (ESR) debe ser congruente, no sólo ostentar el logotipo. Tal como lo hace AMPPI.
En México aún nos falta mucho para ser tolerantes y realmente incluyentes en muchos sentidos a pesar de ser parte de varios tratados que tocan el tema de la discriminación y el libre acceso con animales de servicio.
Gracias AMPPI por también cuidar de tus miembros.
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